I
Retiro sembrado frente la casa
consistorial de los Santos
de la Humosa;
en una banca sentado
en compañía la vetusta
del lugar, dos ancianos
y una anciana de ternura
en raíz,
senda de labriego sordo
de tranquilidad acrisolada,
al reposo del sombrero
y la azada,
de tórrido verano
y pepinillos del diablo
bajando sus matas
la iglesia de San Pedro.
II
De la vid a la higuera
del patio rural con mecedora
y fuentecilla azul,
un cuenco con pasas y
botijo de agua fresca,
saqué mi decencia a pasear
las cuestas y callejas
de encanto acompañado por
fachadas centenarias que
brillaban fortaleza en reposo
era este un pueblo
de gatos en tejados y sus
calles, decenas, conté
sus patitas, y sus bigotes
III
Asomaban, al titilar
las palometas en farolas,
solos cantiles de aura luminosa.
Vine buscando cumplimentar
mi misión de cabala
fantasmagórica y reliquias
llevan sortilegios
de almas herradoras,
por regias forjas en
ventanas y portones
madera añil al barniz.
Me encara la emoción
de afrentarme el desvelo
en sapiencia de mi cometido
espiritual.
Förüq y Leannán-Sídhe
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