Río flores desangradas

 Manantial fulgente de inspiración tu mirada tierna sin compasión. Matices de esmeraldas tu  pupila enfrentada con mi pupila. La golondrinera el aroma  de tu piel frágil y esquiva, con sus amapolas amarillas el color de tu pelo. Un piropo, el suspiro de mi amor. Que corre, que escapa y vuelve, el cosquilleo. Tu boca con mi boca bebiendo del mismo agua del deseo. Tu piel con mi piel avivando el fuego  del sentimiento. II Resplandor de auroras en los recovecos donde se refugian mis ilusiones en mi pensamiento. Tu tez conoció mis manos, y mis manos te modelaron para su recuerdo. Eterna batalla a la noche cuando noto tu ausencia, la noche que galopa y yo con palabras sufridas de nuestra vida sentida. Ahora hay felicidad entregada, con besos escritos y roce de nuestros cuerpos. Me enamoré de la vida, y nada me falta, porque todo me llena. Te volviste a pasear por mis sueños, y en sueños nos reconciliamos. Vuelve a mí el dulce Tormento, para vivir soñando con tu corazón, y amarte soñando des

 Manantial fulgente de inspiración tu mirada tierna sin compasión. Matices de esmeraldas tu  pupila enfrentada con mi pupila. La golondrinera el aroma  de tu piel frágil y esquiva, con sus amapolas amarillas el color de tu pelo. Un piropo, el suspiro de mi amor. Que corre, que escapa y vuelve, el cosquilleo. Tu boca con mi boca bebiendo del mismo agua del deseo. Tu piel con mi piel avivando el fuego  del sentimiento. II Resplandor de auroras en los recovecos donde se refugian mis ilusiones en mi pensamiento. Tu tez conoció mis manos, y mis manos te modelaron para su recuerdo. Eterna batalla a la noche cuando noto tu ausencia, la noche que galopa y yo con palabras sufridas de nuestra vida sentida. Ahora hay felicidad entregada, con besos escritos y roce de nuestros cuerpos. Me enamoré de la vida, y nada me falta, porque todo me llena. Te volviste a pasear por mis sueños, y en sueños nos reconciliamos. Vuelve a mí el dulce Tormento, para vivir soñando con tu corazón, y amarte soñando des

Signo bermellón: oh, primer dios rojo , oh, último demonio azul. La fundación azabache del signo ilusiona hidromiel de alquimia saciada por intenso fulgor, crepuscular, una línea despejada, desierto océano sin lucero en tu mar Musa el horizonte traspuesto, de llameantes tempestades, ilumina. Ferviente de mi aljaba y su semilla ancestral proclamo tu avance bajo mis tierras de piel averna, la razón de amarte sin control. por realce de mi cumbre abismática llover suplicios dorados iluminosos, miro besando tus pléyades mi punición marca, proliga con nuestra sed ávara de abrevadero. Anuncio a través de un halo nocturnal tu fiel y férrea prestancia. Centinela guardián vigía centauro protector tu cariño ofrendado. Me alzo guardián, no puede someterse éste a injerencia sin dictaminar que su emblema es siempre , contigo. El ímpetu no es bastardo, se enfunda en tus jardines umbríos. El fundamento destino otorgará luz propicia para hallar señal me dirija, a cobijarse bajo tu arrullo de Hada mi

Signo bermellón: oh, primer dios rojo , oh, último demonio azul. La fundación azabache del signo ilusiona hidromiel de alquimia saciada por intenso fulgor, crepuscular, una línea despejada, desierto océano sin lucero en tu mar Musa el horizonte traspuesto, de llameantes tempestades, ilumina. Ferviente de mi aljaba y su semilla ancestral proclamo tu avance bajo mis tierras de piel averna, la razón de amarte sin control. por realce de mi cumbre abismática llover suplicios dorados iluminosos, miro besando tus pléyades mi punición marca, proliga con nuestra sed ávara de abrevadero. Anuncio a través de un halo nocturnal tu fiel y férrea prestancia. Centinela guardián vigía centauro protector tu cariño ofrendado. Me alzo guardián, no puede someterse éste a injerencia sin dictaminar que su emblema es siempre , contigo. El ímpetu no es bastardo, se enfunda en tus jardines umbríos. El fundamento destino otorgará luz propicia para hallar señal me dirija, a cobijarse