Cavo la profundidad enigmática,
tu verbo que me florece
como ababoles sanguinosos todo junio,
entre el claro oscuro matinal,
y vidrios de cielo cual cristales azules,
una revolución me cursa el auge;
dentro del sueño flamígero,
miro y avanzo,
mantengo atento y en fase armada,
por ti, por mí,
por este rifle,
amada poesía
de silencio vertical azur.
sombras madre me acojen,
voy en travesía
mi corazón brotó,
mi alma reverdece,
hoy fue el día incontable,
miré través su densa tiniebla,
entre opacidad y muros de comensales ideas,
mi soledad zarpaba
un eje doliente,
una ruta desapagada,
miré lo que solo se puede sentir,
revoló un cuervo azabache cerca mi dama graja,
vi la sombra densa
una desolación, un impedimento pesado,
como Mundo a espaldas del titán Atlas,
miré dentro de la oscuridad
para poder ver la luz,
desveló
que vivo por suplicio despierto,
infausto, escritor poeta
pintor del infrasentido arte
de adorarte
lo que habita a espaldas lo visible,
a mi diestra
sangre y corazón
a lado izquierdo,
no busques Musa maldad de razón,
vivo porque te miro,
te miro porque por ti vivo,
asume cargo Señora Hada Leannán-Sídhe,
dueña de toda profundidad,
abismática que su obscuridad me llama,
vestidos ambos del signo la luna azabache
carta en mesa presa
quiéreme te digo,
peores que yo, aún no han nacido.
Förüq y Leannán-Sídhe
I
Hemos venido, medio vivos,
a conocer y bailar el rojo,
Förüq
III
Primero de la guardia nocturna,
destino desvencijado
con honores, sus colmillos sus comensales,
he abierto la noche
en dos mitades,
una por sacrificar
si arde mi esfera,
resolución del tres habla,
el muerto vivo baila
su sepultura,
venimos de la urna de arcilla,
la tierra devora lo que es de ella,
bronce a mis falanges
quién blande mi alma,
soy militar el abismo mi sangre,
a mí la legión de Luz
en Guardia
Förüq vampiro castellano,
su final tiene sed
viene a por usted,
no conozco el miedo, yo soy el miedo,
aquí mi vena saboreará su cuello,
la muerte es mi mujer
oscuridad,
soy yo el que ha venido a por su sangre,
deme su hálito de humor sanguinoso,
el hambre de la caza he visto reverberar en mi colmillo,
ha llegado a su final
su hoja se ha completado, debo apagar la luz.
Förüq el castellano
Oscuro haz, luz sembrada:
Larga sombra me abarca,
larga sombra me abraza,
larga sombra que me envuelve
yo quisiera meterla en un mundo más bello,
yo quisiera librarla de hielos que aguardan,
quisiera retornar a un mundo que era negro
sumergirme más profundo que los mares
y encontrar mis verdades,
yo quisiera fundirme fraguas de hierro
ser justicia izada de ser en luz intensa
pero ya no siento nada,
asolada mi estirpe con nombre agujereado,
yo camino descalzo sin miedo ni quietud,
sin estos clavos que me impusieron
camino lejos, lejos sin mi nombre
por si despierta mi azada
con la que sepultar al Miguel Esteban
que no nació todavía,
por si una dicha me aguarda,
no osarán en buscar portentos
a esta larga sombra que avanza,
no cambio sus males
solo servirla flores silvestres
así enamorada torne princesa de profundidades
hada dueña de la sombra,
hada fiel de embeleso en umbrales
por tragar esta mi tierra
que me avanza la despedida,
cuántos pájaros volaron
para ser único pájaro enfundado en trino,
rajado, ultrajado,
cuantas notas se escucharon
hasta ser estrofa de agua
por todos los que estuvieron,
al acecho yerto de esta sombra mía,
que no posee medida,
solo una senda deshaciendo lo trazado,
al firme astro alzo mi perplejo
por toda oscuridad que fusiló mi partida,
me apodero de este jardín
de mi sangre sembrado,
para latir en espejo asomado,
y que viva siempre siempre
esta sombra fría, vacía, llena en soledades,
completa sin tapiales, hueca de mi carne,
despeñada en vivencias soterradas,
que yo alzaré para sembrar en ella
esta vida que yo le debo a ella,
para que viva siempre mi luz
tejida con ella,
hasta erizarla
y que me responda
cuando nombre a la belleza.
Que sin ella queda sin aliento.
El Castellano
I IX
Verdecida mi sangre
en son de mis latidos
de alto suelo,
oígo la agreste reverberancia,
al pie de solaz viento
mi sentido.
En sones de férrea fragua
afilo mi metal primordial.
Canto a sus manos
de terrazgo quieto,
insubordinado.
Atadas sienes
cruzan tus ríos soberanos;
vegetal extasía
y cumbre en tu nombre
de perenne morada.
Vástaga palabra herida
de sonido disuelto.
Voz etérea
viviendo mi secuencia,
metamorfosea cual bronce
de hoz sin tiempo
resuena suave el hálito
desertor.
Soledad vigorosa
de voz difunta
sin morir mi pena.
Fragor redimido suena el martillo,
agua, tu risa y la suegra y nuera.
He de amarte
aunque tu hipnotismo dictes.
Ni olvido a primer vuelo,
perderte puede,
en la eternidad del corazón
y su cielo de soporífera muerte.
Perfilas camino a encontrar mi aljaba
y diriges su certera flecha primigenia,
por mi ardiente vena
danzo, danza mi lobo.
La áspera prisión de mi cordura,
cual amor con espejo,
siempre dura.
Cautivo mi soga enroscas,
calor sin ojos
como luz sin verte es niebla
y lejos paz, azul, nervio silente
ardua premura,
noche mi cruz
sonriendo amplia
mi condena.
El Castellano y Leannán-Sídhe a 12-12-2018
FINAL
Miguel Esteban Martínez García
Pseudónimo: El Castellano, Förüq
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