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Centauro

  




Dos sonidos mejor, que la sola voz,
que narra empeño dictado,
era tiempo insuficiente,
llegada la hora,
llovía, lentamente llovía,
en terreno mojado desde 
hace ciento veinte minutos,
mi escritorio gemía todo lo necesario,
dier um et santuas,
Gloria al divitia,
una tarde venturosa,
algo antes del día todos
los Santos difuntos,
aquí en mi yerto escritorio,
convencía al Creador
 mi alma en libreta,
que si no me daba magnificencia exacta,
de inspiración correcta le sacaba yo, el alma,
en magna oratoria:
Leannán-Sídhe te reza tu duende principito
abismal,
henchido todo deseo conocido
y sin conocer;
abro mi corazón Señora hada,
estoy creando para ti mi ofrenda,
para que se retire al pairo lo que debe de allá irse.
Sobre tu misterio,
honro y te acicalen tu majestuosidad,
te escribe el Hijo de la Luz,
oh, tormento, pena en rogativa todo mal,
en entidad multitudinaria, 
que en treinta y dos racimos me han tentado,
una mujer de atónita escultura en belleza,
su porte,
vestido azur,
tachonado de estrellas granates,
como guadañas en él bordadas,
sangrantes,
el cielo llevaba en mano izquierda,
envalentonando su corazón,
izquierda corazón,
derecha fuerza,
oh casto Sol fierro,
era la trompeta derribó las murallas de Jericó,
aquella pequeña ángel armada,
tocaba mi hombro,
en su trompeta había un nombre forjado,
esculpido como grabado,
NEC VINCERE TENEBRAS, ET AMAT
Leí su latín
que decía Oscuridad no se vence, se ama,
en la mano derecha aquella custodio,
sostenía un papiro arremolinado,
me comentó mi sentido, traspuesto
a mi segunda oportunidad de servir
a dios sol ferro LVGVS.
Fui nombrado guardián la inspiración,
que debía sembrar o depositar en cada raíz milenaria,
del Paraíso
Parnaso devorado,
Olimpo terrenal,
aquel papiro era mi alma,
o llave novena para poder seguir,
dando al mundo poemas de mis venas.



Förüq Centauro protector






 




Deja Escarlata
las hebras otro ensortijado,
que el ánima mía tiene enmascarada,
a través una nieve no pisada,
el blanco mis rosas purísimas,
abandona perlas y collares,
corales flagrantes,
vine a hendir mi alma,
preciada, cual mi cielo preciado y codiciado,
ven al combate,
mi boca en lengua adornada,
de soles que te he robado.
Gracia y discrección no fueron hermanos,
allá tus ojos celestiales marcho,
ayen la contienda fulge mi astro,
oh angelical Natura
posee ejes, hilos,
madre nuestra,
danzemos en torno
el círculo de fuego,
vine a desnacer,
no me iré sin dejarte santo y seña,
blancura hábil, la densa forma,
oh silueta, contorno
de Lilith sombra de Eva,
somos los designados
a volver a vivir en seno la Luna semper,
sempiterna;
lo purpúreo al rosal der alba lisa,
dulce canto a la Medusa
este Centauro no achanta ni se achica,
a Venus la gentileza,
mi día de luna,
alteza muerde mi mirada,
de cabellos naturales
y son en vena,
mi amor de ira a Diana presto,
rosas suaves que se esparcen y flores,
colores, tierra,
otro llanto,
luz clara y bien en día,
astucia del arte,
oh gentil azul que me crece,
allá nació este poema
allende la sombra mis oscuras parras,
desplaza los montes
limpios de azul sereno,
en valle su llano,
cabalgo a nuestra vecina cumbre,
licencia y el mundo me coloras,
mis esperanzas en viento furtivo,
sucumban ya mis años derrocados,
ó momentos cuidados en suspiros nobles,
suspiros
cual gemidos
de alma en ribetes,
hagan sueño los sentidos
que Musa ya eres realidad.



Förüq y Leannán-Sídhe


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