Haces que tiemble,
que cante mi corazón,
inhumano, saciable...
Alzadas tus curvas de pechos
arrastrados al torrente tu espalda,
horas, y memorias del severo espejo;
de este constructor de tiempo,
oh de riberas intangibles asidas
tus sombras parecen,
mojar las tierras de mi silencio asordinado
que aflora e innegable desvanecer
que yo te ame ayen de mares y subrepticias,
aún así de pretérito disuelto y silabario denso,
densa blanca y obscura me brotas savia,
semejante a marjales y altos eriales
de amor sí, vaticíname infraterrestre,
un embrujo tus cabellos desnudos,
estas arenas laten impás deseoso
bajo honda agua, oh sangre Mercurial
oscilante, electrificas mi mirada,
roca de mi cuerpo desnudo,
solo en la penumbra,
te amo sí, un día para siempre,
para así por fin no olvidarte nunca,
ni tus destellados iris insomnes,
ni tu arrullo de guardería de estrellas,
que si alcanza desvela,
desemboca de una vez en palabra
mi silencio,
oh blanca, de ribera palpable,
piedra bella,
que ni igual ni semejante
a las demás meces,
me siento más fuerte,
cruzando la siembra erguida
de labores milenarias,
encuentro mi ser,
la inmensa bestia pulcra.
Hasta el día
sea una ceniza que se parece
y te respira.
Förüq y Leannán-Sídhe
Förüq castellano er-lobo bohemio Esteban
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