Tu voz:
Eres fuego en el agua,
eres luz en la noche,
calor en mi alma de hielo,
amor en mi mundo de ilusiones en viento,
bésame al final de este deseo de chincharte,
acaríciame con tus labios,
el mordisquito en la oreja,
el susurro en el cuello,
noche de eco entre imágenes,
pupilas mirando pilares al cielo,
entre verde y violeta de árboles,
ojos de gato, tu gemido,
tímido y feroz,
tu voz.
Entre fuerza y coraje saca su garra al tiempo,
lo efímero del segundo al pasar del minuto,
la seda del sentimiento, en su carita del beso,
el piropo y su carmín el despertar de su recuerdo,
acariciando su pelo siendo sus ojos, siendo su boca,
siento sus nervios, me atrapan enredándose contigo,
el momento que dejó el silencio,
el tímido beso con fuego en el interior, su dulce sabor.
Mariposas recorriendo cada paraje de la piel.
Tú y yo solos los dos, tiempo de infinito, sensible el instinto,
se sirve de tu aliento, crea mi armonía,
cada caricia te hace real.
Sostén mi placer cada anochecer,
sé el tiempo que nunca se fue,
sé mi sonrisa y cada imagen que quiero ver,
detén este instante para hacerlo real,
el sueño hecho realidad, la historia sin final,
mi eterno amor, sin dudar,
corazón carmesí, como flor de abril,
navega mi sensación.
Es un te amo lo que me encanta escuchar,
los mil que me quedan por decirte;
los que nunca se irán.
El castellano.
Latido:
Latido constante, clavado en tu mirar,
caer y despertar en el incesante sueño,
de compañía a tus efímeras y angeladas alas,
de tu eterna alma.
En sinfonía plena con mi sentir,
plausible en verso y gesto
que arde en tu corazón de fuego.
Aviva el recuerdo creando presente
de este soñador despierto,
para volver a anhelarte mi amor eterno.
susurro del viento trayendo tu brisa,
a mi sentido despierto cuando te veo.
Latidos al compás de tu sentimiento,
viendo la vida en colores,
desde que mi pensamiento invades.
Y vivo colgado en tu pestañeo,
para ser el poeta de tus ojos,
sencillos y tiernos, vivos y aceitunados,
y corre mi vida por tu cauce.
Donde el río creado,
fueron mis lágrimas de felicidad,
de sentirme amado.
El castellano
Ser de esencia:
Ilusiones quemadas en papeles con tinta,
con los sonidos sordos de un eco de imágenes
el amanecer en sus ojos del cielo encerrado.
Silencio en palabras que el despierto corazón duerme,
la mente ciega las observa con su pensamiento claro
sus penas bebidas del fondo de su copa de cerveza.
Sonrisa arrancada a la luna de un viernes,
un secreto en un gesto que su mirada grita.
El despiste que convierte en ofensa el fallo.
Un sentimiento distante que próxima te quiere.
El tiempo que tarda en decir adios al por qué gana,
ahora llora la almohada al viento que no dijo nada.
Pensamientos negros:
Te sentí amor y por querer pensarte
la realidad silenció mis latidos.
Aquella flor que llamada amor
ninguna más bonita pudo ocupar su lugar.
Entre la tenue luz de luna que me abrigaba
abrí la puerta que me condujo al campo
de negros lirios por el camino de ida sin regreso;
La cabra rojiza los masticaba al compás de un si bemol;
Donde la luz que me daba calor era ausente,
tras de sí un sendero agrietado por el que fluía
el río de las flores desangradas;
Hacían ellas mi último aliento,
un yo te perdí amor y se hizo la noche sin luna,
cesó aquel si bemol.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009
Podando recuerdos para volver a amarte,
dolorosos detalles caen y vuelvo a desearte
aquella mi rosa que llama al frío pero resiste
cantando a la víspera del invierno triste.
El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa;
gota de rocío que se evapora con el sol en su visita
y la sonrisa que resplandece sus labios los besa,
para encontrarse con el te quiero el beso que alegra.
El fuego del deseo se hacía con su compañía,
con el que los besos y caricias recorrían su fantasía;
De deseo en deseo transcurrió su vida y su anhelo
de cuidarla para no perderla nunca y soñar despierto.
Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños
un nuevo insomnio de sentimiento en sus recuerdos;
solos en el encerrado mar del amor no demostrado
su amor quiso ser fuerte y no caer olvidado.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009
El ritmo de tu cuerpo,
donde el agua y la poesía
hacen el amor.
El fondo de tu mirada
el manantial de esmeraldas.
El calor de tus piernas,
El terciopelo de tu piel.
La suavidad de tus caricias
mi motivo para viajar
allí donde el te quiero
lo dices sin hablar.
Lo que me alegras
sólo con tu existir.
Es todo lo que significas para mí,
lo que me haces sentir.
Es el agua de tus besos.
Es el fuego de tus labios.
Eres tú.
Eres tú mi vida, mi luna.
Eres tú en cada noche fría mi calor.
Eres tú la chica que siempre soñé,
la chica que siempre deseé,
la que vivía en mi subconsciente
para cuando apareciese
darla lo mejor de mi existencia.
Deseos, ilusiones, anhelos
definiendo mis sentimientos.
En mis recuerdos tus besos
sabor de hiel.
Tú mi motivo para soñar.
Tú mi sueño, mi dormir y no despertar,
tú todo para mi.
¿Por qué no has aparecido
en mi vida todavía?
cuando por amor se quiere
a quien no ama
y por soñar se vive amando,
por amar se vive soñando,
y el que siente se miente
quiero mi despertar y verte a mi lado
para sentir que en un pasado
andé con la botella en la boca
y no que ella
chupó de mí mi vida entera.
en sábado, noviembre 21, 2009
Yo te sentí:
Puedo escribir todos mis pensamientos
y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,
el amor no quiere ser pensado,
ni si quiera ser conocido,
sólo sentido.
Yo te sentí amor
y por querer pensarte
desapareciste entre la
tenue luz de luna que me abrigaba.
Allí la razón apagó los latidos de un corazón.
Como tierra yerma
marchitó aquella flor que un día llamé amor
y ninguna pudo ocupar su lugar,
sólo la hiedra brotó hasta tapar la luz que me daba calor.
Pero yo te sentí amor.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, octubre 10, 2009
Contando mis recuerdos para volver a amarte,
me pierdo en tus detalles y vuelvo a desearte.
¿Cómo estar triste? si siempre te tengo presente.
¿Cómo ser débil? si tu amor me hizo ser fuerte.
Es el ocaso del tiempo que me dispara,
derrotas y victorias en este campo de batalla.
Una sonrisa y un beso recogió mi alma
junto con un te quiero sincero esa fue tu arma.
Mi pensamiento vi volar junto a ti
desde el momento en que te conocí.
Con mis besos y caricias tu cuerpo recorrí.
Mi pasión mantenerte viva dentro de mi.
Contigo en mi vida, se encendió el fuego del deseo
y de deseo en deseo encontré mi anhelo,
el insomnio de este vivo sentimiento
no perderte nunca para soñar despierto.
Y así, cada día volver a amarte y desearte.
Leannán-Sídhe
Amada sólo tú dictas.
Mi lengua que embebe tu templo,
parido de las estrellas, tú que puedes darme
tormentas y brillos de sol
deja que embeba tu polen astral,
que tu fortaleza sea mi ciudad
alumbrada de las estrellas.
Hadas en el cielo y tú, tomaste profunda morada,
del interior los fuegos la tierra,
mi espada es tu cuerpo, mi voz es tu lengua,
sangre en sangres, para venir a ti,
ruidos se rompen, nubes se deshacen
en torno nuestro amor, grande y hermoso,
zarpazo del destello, tu tierra bella, mi señora hada,
ávida fiera la oscura entraña,
dolor que fue trueno y gemido,
quedó amapola de mi sino,
y tu brava caléndula resurrección de mi placer,
tu pecho de sideral aroma, este sentir,
nácar del blanco purísimo,
que sin saberte ya estabas a mi lado,
como granate espuma,
y hondo disparo de viento,
por esta sed de tierra te canto
sin destino informe,
que te pertenece mi compañía,
proclamo, que no hay cadenas,
ni lecho de vacío repleto,
soy preso de tu mirada, de la que no me destierro.
II
Avanzo como oscuro caballero,
del Rocío tu bello cuerpo,
mi relente bañado en fuentes,
y cunas de ríos codiciados en sed,
mi bronce es firme, el escalofrío me teme,
con cernido esfuerzo, habitado en corona,
de reyes,
espliego hermano de tornasoles,
de silencio esencial castellano,
sangre hábil y lejana, amar tu cuerpo bajo el agua,
osar tu aliento como y cada vez, emocionado,
de cítara y cimitarra diamante.
Mi corazón, tuyo, de armoniosa nota,
sangre abonada, y su eje motor,
que no eres especie oscura,
para mí eres vida, muerte, pasión, sosiego,
trance, calma, la primera dueña,
de toda sombra,
y tiniebla magna, por la que resplandeces siempre
mi elemental de la sangre, granate sanguinoso,
espejo entre hojas, de cuánto te deseo, cuánto te quiero,
tú coro entre hermosas Simientes,
y plantas brillantes.
Mi cuerpo, que ya no es estruendo crepuscular,
ni campanas escuchando misa, sepulcro y bucle de marinero,
soga, arco y aldaba, botijo y tiesto,
me suenan las venas, figuras luminosas,
mana mi sangre por tus colmillos resplandecientes,
errado voy por tardes de muertos,
sólo tú Leana, agregas corazón,
a mi ser en caléndula enraizado.
III
Agito este mi romancero de esencias
mi dulce dama, no se alejó mi cuerpo,
ni dejó fría la sábana, mi sol, la rosa,
y mi fortuna, contigo no han muerto,
azules viñas me gritan,
límpido tu paso azul,
no quise ser guillotina en cementerio,
si no semilla de este, que se adhiere a la vida,
por tus besos rodados mi dama,
encuentre el cuclillo,
el nogal y mi jardín de luna, mi libro.
Besarte hada mujer, será mi lema,
a la luna, será bebernos.
Dos pedazos de alma girando,
como voz encuentra otra,
unidos sin fin desde principio y final,
que es el mismo comienzo sin final.
Entera espiral de amarte, vibrando los rayos,
toda tú, mujer hecha de centellas.
Al alba de la primera penumbra,
abrió su parto, pariendo a la dama Oscuridad,
que todo precede,
trigal entre eras de espigas rojas, otorgó tus cabellos.
Tus profundidades forjan el astro,
con tus iris áureos.
Oh, señora hada hermosa, no dejes a mi penar,
sobrevivir siempre inevitablemente.
Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
Lugar Guadalajara España
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