
I
A la piedra luciente
tu cuerpo vivo, canto
piedra de río
que sobre mí no ha
de pasar,
de fondo, yo, sospecho
realidad de tu forma
serena, de besos
que destellan, de música
incierta.
Oh, realidad,
que te niegas a ti
misma,
dices que jamás
has existido
sobre el ruedo ardiente,
II
Sobre la arena
de la profunda muerte,
cuerpo extendido
que canta sobre lo verde
claro espejo funde
las aves,
azur cielo que sospecho
acero a labios,
piedra viva,
luciente blande
tu escultura de carne
y capacidad de estrella
por un mar,
donde doblarse,
brillo de una luz
un desnudo trémulo.
III
Brillo que a la
creación riela,
tus dos labios de arena,
libélulas de fuego
tus gemelas piernas
se miran entre ellas,
pluma que te esconde
entre mi papel de sangre,
quiero saber el pronto
secreto tu existencia,
y tus venas de ríos
que se sonríen,
oh, tu frontera,
de manos nuevas,
sol, rivera, y su párpado.
Förüq y Leannán-Sídhe
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
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