Ir al contenido principal

Cygnus3339

 










Y adelante, aquí está ella,
alzada a mi sien, 
tantas dichas consumadas,
tantos dulces tormento,
quehaceres, torres y pesquisas,
ribazos de somero fracaso,
hoy está aquí ensimismada,
mirando mis verdes ojos,
entre esplendores fugaces que marcó ella,
afán sin barco ni vela,
solamente un profundo mar
de Oscuridad rebrillada,
serena, es ella quien me queda,
es puridad en escala,
tan pura que ni rinde cuentas,
todo a ella debo,
y debo más que sangre,
nuestro placer,
somos los descendientes,
de  un  final sin comienzo,
puedes verme caer en tus brazos,
pierdo endógeno control,
ante el mundo,
una cepa,
de intelecto noble,
estoy cayendo solo amor,
nada pudo olvidarte,
pasados siglos,
estrellas me contaron,
que este nacido bajo la constelación del cisne,
recorrió avernos, cielos, y amarres,
para conseguirte,
mi alma gemela,
mi creación,
podría aclararte, Yo Poema,
de final asombrado,
aleteo con tus pececillos de colores,
mi rosa azur, mi piedra rodera,
mi muda alabanza,
mi luz no la sabe el Sol fierro,
la tuya me disculpen,
sólo la sé yo,
ahora de transparencia habitada,
una noche un junio resplandeciente,
vine natural
a tu seno de rocío estelar,
a gritar nuestra galaxia,
me vivirá más que la estampa,
resucita cada vez,
oh Cignus 3339. Adelante, refulge.



Förüq y Leannán-Sídhe

Comentarios

Entradas populares de este blog

Misión los Santos de la Humosa

  I Retiro sembrado frente la casa consistorial de los Santos de la Humosa; en una banca sentado en compañía la vetusta del lugar,  dos ancianos y una anciana de ternura en raíz,  senda de labriego sordo de tranquilidad acrisolada,  al reposo del sombrero y la azada,  de tórrido verano y pepinillos del diablo bajando sus matas  la iglesia de San Pedro. II De la vid a la higuera del patio rural con mecedora y fuentecilla azul,  un cuenco con pasas y  botijo de agua fresca,  saqué mi decencia a pasear las cuestas y callejas de encanto acompañado por fachadas centenarias que brillaban fortaleza en reposo era este un pueblo de gatos en tejados y sus calles,  decenas,  conté sus patitas,  y sus bigotes III Asomaban,  al titilar las palometas en farolas,  solos cantiles de aura luminosa. Vine buscando cumplimentar mi misión de cabala fantasmagórica y reliquias llevan sortilegios de almas herradoras,  por regias forjas en ventanas y portones madera añil al barniz. Me encara la emoción de afre

COSANTES Y ORIGINAL 2012 EN SANGRE ELEVARÉ MI CANTO AL CIELO

    DEIRDRE REINA MI DOLOR; COSANTES: I Poeta sin tiempo no expira, Deirdre palpitando siento. Escriba llaga lo antiguo Deshaciendo lo averiguo. Deirdre palpitando siento. El sentimiento es alado. Vuelvo en dicha desatado. Deirdre palpitando siento. Miel de dioses estado quo, desangrar rosa es inocuo. Deirdre palpitando siento. Poeta sin tiempo, alma expira, Deirdre palpitando siento. II Crece que late amapola Su sangre enraíza roja. Este el mío corazón. Vengo por besar razón. Su sangre enraíza roja. Vengo al amar, por tu aliento. Vengo a morder tu ardimiento. Su sangre enraíza roja. Fosa cava mi azadón, no era pena era sazón. Su sangre enraíza roja. Tierra y sangre, la amapola. Su sangre enraíza roja. III En horizonte sediento. Deirdre heroína mi dolor. Hasta llegar a las cimas. Robé el amor que amimas, Deirdre heroína mi dolor. Ven amada, liberemos, quita cadenas, volemos; Deirdre heroína mi dolor. Del placer entre calimas  envuelto, pena redimas. Deirdre heroína mi dolor. En horizon

Grillo en mano

  Tu grillo: febrero 12, 2021 Clareando su lividez por sotos vastos, reales, mi río navega. Entonado su bandoneón, dirige, blande mi grillo el afilar de su tercera cuerda. Entre el suelo de un ciprés enhiesto, rigen blandamente espigas rojas, jóvenes, juguetonas como si tuviesen sangre para sonreír al viento que pasa y no atraviesa. Reposa que aguarda el cráneo la tierra. Ay la tierra, hay de ella, sombras que complacen y acerban la mansa espera. Soliviar vetusto que Ninfas y Sátiros pastorean. II Es un tejado llorando por la piedra, con acequia desnuda de canalón; un cimiento que plañe la helada, y le agrieta el tiempo que ya no escapa. Sauce triste, abatido, con portón al mundo del grillo. Entre blanda grama fenece que acicala su alma. Entre un arpa estacional, y panales de ambrosía. A la lluvia primera abre su fiel Parnaso devorado entre caracoles sonoros. Grita la raíz acrisolada en ámbar de intelecto mayor. Cúspide de serena esfinge, y dolmen de divina pluma. III El grillo único p