Era una rosa esquiva,
yo, lentamente leía su poesía,
como lluvia cae resplandeciente
un otoño lluvioso, que aún
no comenzaba a plañir;
de pétalos lisos, irisados,
su tez era, y figura
como el deseo afilaba y moldeaba,
una elegancia que oh, rosa,
te caminaba,
tus cabellos de realeza,
ya no me surcaban inimaginados,
tu alba de ojos centellea,
que sonríe a un Sol fierro
de espadas y rayos entorchados,
belleza tuya, aquello era otra esfera;
onírica, de sueño y mordisco
de quien te contemplara,
sueño, sueño vuelto flama de realidad.
Ii
Azar beligerante, de tres
venas bellas como razones
heridoras,
encausadas, ardía el silo
mi idea, silo blanco donde
Obscuridad flotaba y se quedaba
en cada pared pendiente,
entre todo batía un murciguillo,
Myotis Myotis del tejado a capturar
somera polilla, despistada,
había de aquella encrucijada
un desván en su bodega,
lleno de sortilegios,
y sortijas entre amarres,
y flechas de sílex talladas,
todo su suelo,
con cofres reliquias y tesoros
brinda la tierra, gemas, minerales,
hasta fósiles,
destapaba la riera,
III
Y rambla su reguero tras lluvia
creaba y erosionaba.
No era oro, no era plata,
había de él,
hasta raíces con forma humana,
y piedras brillaban, más que
riquezas, tanta energía,
no les cabía de decenios,
décadas y antaños a Sol, lluvia,
y reposo a intemperie,
fueron escogidas por su belleza,
imantada de forma, geometría,
y material perenne,
Materia, est natura, non-vita
ponía en un cofre de aquellos,
que sólo, un estudioso geólogo,
podría cuantificar, valor
de continente.
Förüq 16/08/2023
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