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Erizado latir

  Erizado latir:










Barcos zarpan

universo es fugaz

la edad del dulce tormento,

evanescer un destino,

lleno, se alzan hogueras

estremeciendo,

surcando densos mares ilusos,

llenos de lanzas rotas

ecos de serenidad,

un lustre avanza,

palacios dorados le acogen,

naipes helados dictan,

no cubra más su persona de garabato,

este eco es eternidad,

sola esquela,

vencí contienda,

aquilones me presagian,

uooh el tiempo en flama,

mira el pasado,

mire el presente,

un surco;

desnaciendo

la chispa

el elemento hermético,

fuego en vena surca,

vine ayer, no acabaré de irme,

sin cubrir mi ángel del divino laurel,

sobre el cielo,

través la nube,

cierra tus ojos,

todo lo externo ha de irse,

hilvano tus ganas,

he de marchar,

arriba mis leones

entre carros de fuego,

y repicarán las trompas eternales

toda Babilonia,

el Sol ha renascido,

alto bravo

a través sintiendo la energía,

cierre sus ojos,

un sonido ilumina,

es el arte

la nueva hambre

abarca sed de cielo rojo emite,

cazar instinto sobre los nervios silentes

trepan, dentro mi nube metales llueven,

acampé la espera

y siento decirte

que te volveré a ver,

para sentir y escuchar

la luvia dentro de tus ojos

hasta el fin que no se elucubró.

Siempre te amo y amaré Escarlata.


Förüq Esteban er lobo bohemio


💫 









La polilla negra:

 

 

Acogía perturbador pensamiento

En tristeza, errático mío,

Infortunio, todo dormido ceño,

Mi sangre colmaba

Lóbrega y repleta,

Sobre la frente de nublos negros

Que encogidos, no lloraban.

Era gris mi despedida

De noche tranquila, relucida,

Noche azulada, indebida,

De destello desvelado,

Y pilares al cielo en hondo tributo,

Y carros llevando agua imantada

De grises leviatanes.

Sombra de hombro incierta,

Arrastra vendavales furtivos,

En espiral sobrecogedora,

Y sones de blanca nocturna luna,

Lánguido mi pecho ya profuso,

Se alzara

A desmembrar el eterno desliz

De luz anclada

En vals y alas,

Pequeña mariposa nocturna,

Gira la espiral

Su terror escondido,

Embebiendo el ingrato desvelo,

Fulgor de sus círculos errantes,

Quimera desangelada

De vago destino caduco,

Derredor intranquilo enreda,

Misteriosa negrez

Sin partitura de blanca seda,

Frenesí que jamás se separa de mí.

Coloso de su imán final

De lisonjera luz,

Del candil que atraviesa

Toda dama oscuridad,

Como su cuerpecito leve, frágil,

Tembloroso

Que ardió en su atracción final

A la llama en luz intransigente.

 

Förüq el castellano





BREBAJE MERCURIAL:







I

De tórrido invierno:


Justo en horas invernales previas

a la primera alba,  entre primera luz

matinal vírgen Aurora,  nuevo día.

Primerísima luz boreal,  estaba Lunamar, 

recostada en el sillón del diván;

se le arremolinaba pedigüeño

un matojo de blanca seda

un fino Angora,  se le reclinaba girando

torno su azabache falda, 

con su hocico proceloso y húmedo

parecía que despertaba el sueño

de su rosa a Lunamar Solano

así gustaba en público la nombrasen, 

señora enigmática de terciopelo

en mirada profusa y procaz.


II

La rosa su sueño era azul,  verde

escarlata como una rosa

de pétalo granate cual ababol, 

y la turquesa de ojos

su doncel Esteban.

Oxidada.

Iba de travesía la doncella escarlata, 

rumbo,  a coger una estrella flamante, 

aparecida en su cielo;

entre un verso y una perla

entre una flor de loto

un azul rebrillante

purísimo, casi le cegaba

pero ella obtuvo derecho a mirarla.

No se le escapase,  su felonía fulgente, 

entre una pluma y su flor, 

quiso cortarla blanquísima, 

y colgarla en su espejo.

Camino arriba,  entre luna, 

allá azures, 


III

Iba onírica a cortar su estrella

entre la azul inmensidad, 

entre un dulce resplandor emitía, 

y su dulce sueño.

El azur tentador pensó que no

había que tocar,  pero si su

si su estrella no se había ido después

de todo era su primoroso regalo.

Así hizo,  le pidió permiso, 

y fue afirmativo, cortó su lirio real

de estrella refulgente y volvió

a despertar,  bajando vetustos cielos

y auras de bruma violáceas

con su flor de estrella en mano

despertó y despertó brillando su

estrella,  en su pecho iluminado

era su amor por su doncel Esteban.


Esteban castellano Förüq y Leannán-Sídhe




MARIPOSA:


Los murmurios son flores,

álgidas de invierno,

como venas azules de jacintos,

o tesoro córvido

de urracas matutinas,

tiempo sobre el tiempo,

tosía mi lobo afónico

tarde que muere sobre la paja,

y el viento mordido,

ascua que queda sobre

mi densa ojera,

cristalina, 

he cogido los montes con una mano

y mi hogar de brujo con la otra,

no necesito chopo de oro

ni un amor me aguarde

sin sombra de celos .




II

Mis sedientas aflicciones

eran como gusanos hilando sus capullos

de seda, 

elevadas hoy son mariposas verdes,

vuela mi pena como Simiente rápida, 

y cayendo como lágrima negra

en espiga,

vuela libre mi pena,

su esencia de mariposa desvelada,

duelen las lágrimas de bondad,

pero las negras y malas lágrimas,

apuñalan hasta arrancar el corazón.

Corazón mío, como avispero

de muro viejo, de pronto,

en él puse señero, 

Galería del alma.


III

Presentó ante ustedes.

Armados abrojos

mi infernal flor de alma

eternamente jovial, y vivaz,

por fuente abismal

de denso pétalo,

dulcemente amargo,

quise declinar la tarde de sus ojos,

ser Pegaso, caballo de madera, 

mi frente derretida gloriosa.

Infernal, pálido fuego,

sin Salvador en cepa,

ni figura fulgurante,

de llamas y lenguas azules,

cuenta de cintura agitada,

sus alas,

tu esencia:

-Mariposa del amor.



Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García

A lunes 7 febrero 2022



Bella, vuelas libre doncella,

sol te toca, acaricia tus efímeras alas

de mariposa desvelada.

Viento te lleva, allí donde el amor creó,

reflejo de libertad soñada.

Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,

dejaste atrás nubes de tormentos,

rozando tu destino me arrastras.

El manto de las hojas te protege,

buscadora de sueños

de la fronda de mis sentimientos.

Viviendo en la ternura de la dulce mirada,

volando con la fuerza de la palabra sincera.

Durmiendo hasta que se oculta el alba,

ángeles y dragones, arropo en el corazón.

Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,

para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,

cientos de tonterías para tu sonrisa.

Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,

pintando mi vida.

En la caída color gris quedó,

color gris quedó.

En la huida el tiempo y la situación

que cortó un camino en dos.

Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.

Su esencia mariposa del amor.





ESTEBAN CASTELLANO


 


































































  










 Manantial fulgente de inspiración

tu mirada tierna sin compasión.

Matices de esmeraldas tu 

pupila enfrentada con mi pupila.

La golondrinera el aroma 

de tu piel frágil y esquiva,

con sus amapolas amarillas

el color de tu pelo.

Un piropo, el suspiro de mi amor.

Que corre, que escapa y vuelve,

el cosquilleo.

Tu boca con mi boca bebiendo

del mismo agua del deseo.

Tu piel con mi piel avivando el fuego 

del sentimiento.

II

Resplandor de auroras en los recovecos

donde se refugian mis ilusiones en mi pensamiento.

Tu tez conoció mis manos,

y mis manos te modelaron

para su recuerdo.

Eterna batalla a la noche cuando noto

tu ausencia, la noche que galopa y

yo con palabras sufridas de nuestra vida sentida.

Ahora hay felicidad entregada,

con besos escritos

y roce de nuestros cuerpos.

Me enamoré de la vida, y nada me falta,

porque todo me llena.

Te volviste a pasear por mis sueños,

y en sueños nos reconciliamos.

Vuelve a mí el dulce Tormento, para

vivir soñando con tu corazón,

y amarte soñando despierto.



III

Si el cielo se cierra

miraré tus ojos,

mi corazón te dirá,

que seguiré a tu vera.

Si mis ojos se cierran,

quiero tenerte cerca,

para coger tu mano,

y  sentir que no eres un sueño que perdí.

Si despierto te vivo,

soñando te sigo amando,

cogiendo cada estrella en una letra

para ti, tú la más bella

y  el firmamento se cierra sin tu mirada tierna.

Mi deseo y mi motivo para acariciarte.

Pasarán Lunas pasarán Soles y el sueño,

volverá, con cada latido tuyo.

No te dejo una flor te dejo las semillas,

los frutos d' este amor.

Porque en mi jardín sembraste belleza y bondad.

Porque me llenas de verdad

puedo describirte como mi vida giró a mejor

con tu sonrisa clavada en mi mirar

y el calor de cada letra tuya sentida

te quiero de verdad.



Buer Förüq






Gran luz, 
sórdido plano, tu mirar,
amarillo brillo de tu amor,
como fuego en sangre amamanta
tu belleza, en rectitud de balanza
luz de tu esencia, 
brillo en tersura de espada,
sangre de fuego diestro
en tus venas cauce de alma
de vida en color, 
mas atada a tu tierra,
solitaria de impronta serena
de tus páramos,
amapola amarilla 
de montaña, cumbre de filo 
en solitario nervio eléctrico,
reina hada 
del bosque de las sombras,
en tu despertar mi luz quisiera llevar;
iluminas espíritus olvidados
como cosechadas esencias,
del corazón más profundo 
del bosque umbrío surcas.
Mas tu hermana sangrienta 
roseta de penitente
nace 
debatiendo qué color 
vestirá su flor de ocaso;
violeta de reflejo 
de luna sempiterna,
manchada de sombras 
vestales una ternura insurrecta
de amor a la noche,
o rojo sanguinoso
cual granate hechizado 
de corazón de sangre 
podado en piedra bella 
congelado...
Sea cual sea 
su manto en revelación, 
no olvida;
vestirse de todos los colores
con el negro más opaco como 
tinta azabache sobre papel 
más puro,
de recuerdo al fin 
y el resurgir, como el inicio 
sin final ni comienzo
llamaron continuidad,
al despliegue del pétalo amado.
Aún sabiéndote 
amante de la soledad,
nuestra compañera,
también creces en familia,
de sangre marcada 
por acequias que llevan
tu número y orden,
tu insignia
recordando 
que quisiste tener corazón
y te ataron a la tierra, oh, mi Hada;
hasta en tierra muerta 
creces,
para aliviar tu pena 
poco necesitas,
tu belleza alivia tu alma,
del viento obtienes 
tus caricias,
de insectos los besos, 
y del tiempo
el sustento para tus semillas 
de tus urnas,
ciegas nacen, 
ciegas caen a la tierra, 
en la noche de lluvia.
Un día de primavera 
a una
se le ocurre el sueño de despertar,
pronto sus hermanas 
le siguen,
en belleza de la vida 
ves nacer y morir,
espíritu de reina 
tu balanza carnal, 
tu entraña amapola,
nadie te odia, 
muchos te aman,
bendices la casa si tú, gran luz,
floreces amarilla 
en la rocalla.
Mas si tu bendición 
es ser blanca y morada
das el sueño 
de la más bella hada.
Si naces roja y negra 
das tranquilidad y alegría
al espíritu 
que en guerra se encuentra,
si eres roja 
como el carmín del deseo
tienes el amor 
del camino 
que cruzan las almas,
como tu eternidad 
en la tierra
a la que te ligas 
y esclavizas.
Quién te daría ese nombre 
de amor,
quién te nombraría 
desde la antigüedad
planta de la alegría,
quién conoce tus secretos,
sólo quien se funde 
con tu sangre,
quien ve tu alegría 
en la primavera,
que te cobija,
quien ama la vida,
reina flor 
te ve en la tierra
y amada musa tu belleza,
quién te conociera, 
quién te conociera.






El Castellano y Leannán-Sídhe




Gran luz, 

sórdido plano, tu mirar,
amarillo brillo de tu amor,
como fuego en sangre amamanta
tu belleza, en rectitud de balanza
luz de tu esencia, 
brillo en tersura de espada,
sangre de fuego diestro
en tus venas cauce de alma
de vida en color, 
mas atada a tu tierra,
solitaria de impronta serena
de tus páramos,
amapola amarilla 
de montaña, cumbre de filo 
en solitario nervio eléctrico,
reina hada 
del bosque de las sombras,
en tu despertar mi luz quisiera llevar;
iluminas espíritus olvidados
como cosechadas esencias,
del corazón más profundo 
del bosque umbrío surcas.
Mas tu hermana sangrienta 
roseta de penitente
nace 
debatiendo qué color 
vestirá su flor de ocaso;
violeta de reflejo 
de luna sempiterna,
manchada de sombras 
vestales una ternura insurrecta
de amor a la noche,
o rojo sanguinoso
cual granate hechizado 
de corazón de sangre 
podado en piedra bella 
congelado...
Sea cual sea 
su manto en revelación, 
no olvida;
vestirse de todos los colores
con el negro más opaco como 
tinta azabache sobre papel 
más puro,
de recuerdo al fin 
y el resurgir, como el inicio 
sin final ni comienzo
llamaron continuidad,
al despliegue del pétalo amado.
Aún sabiéndote 
amante de la soledad,
nuestra compañera,
también creces en familia,
de sangre marcada 
por acequias que llevan
tu número y orden,
tu insignia
recordando 
que quisiste tener corazón
y te ataron a la tierra, oh, mi Hada;
hasta en tierra muerta 
creces,
para aliviar tu pena 
poco necesitas,
tu belleza alivia tu alma,
del viento obtienes 
tus caricias,
de insectos los besos, 
y del tiempo
el sustento para tus semillas 
de tus urnas,
ciegas nacen, 
ciegas caen a la tierra, 
en la noche de lluvia.
Un día de primavera 
a una
se le ocurre el sueño de despertar,
pronto sus hermanas 
le siguen,
en belleza de la vida 
ves nacer y morir,
espíritu de reina 
tu balanza carnal, 
tu entraña amapola,
nadie te odia, 
muchos te aman,
bendices la casa si tú, gran luz,
floreces amarilla 
en la rocalla.
Mas si tu bendición 
es ser blanca y morada
das el sueño 
de la más bella hada.
Si naces roja y negra 
das tranquilidad y alegría
al espíritu 
que en guerra se encuentra,
si eres roja 
como el carmín del deseo
tienes el amor 
del camino 
que cruzan las almas,
como tu eternidad 
en la tierra
a la que te ligas 
y esclavizas.
Quién te daría ese nombre 
de amor,
quién te nombraría 
desde la antigüedad
planta de la alegría,
quién conoce tus secretos,
sólo quien se funde 
con tu sangre,
quien ve tu alegría 
en la primavera,
que te cobija,
quien ama la vida,
reina flor 
te ve en la tierra
y amada musa tu belleza,
quién te conociera, 
quién te conociera.






El Castellano y Leannán-Sídhe




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