Aquí serán escarnidas
las dulces mieles
que Himeto nos concede.
En tus fieros montes
hoy nos partiremos,
nos abrirá su parte
la tierra;
iremos aquestos mandados
al Cid Campeador,
vengaremos apuesta
por la del león
como Serpiente ruego a los dioses,
mis solos fuertes, y duradores,
ruega a mi mano
mi espada fuerte y tajadora.
Sigo puro en sus bosques salvajes
recordará el alma dormida
dicha afrenta.
II
Que vino la muerte callando.
Veo el presente
una parte es ida, otra acabada,
lo que se espera,
que todo ha de pasar
por tal manera,
aquí los ríos caudales,
las mozas y los trinos,
no invoco maestros, ni oradores.
Te invoco Tierra,
la deidad es tu presto sendero,
vivir, el sueño,
que se puede hacer el alma
gloriosa, angelical,
más lo que importa
es todo buen hacer.
III
Amor, fuerza inmensa
que acontece toda razón,
de porfía forzada,
fuerza invicta queriéndonos defender,
placer en que hay roce,
pesar en luego dulzor,
gloria pasionaria,
temor que presta osadía,
laberinto de leones,
y viles dragones,
fuerza de ojos a corazón,
oh, de libertad robada,
que te juro la mía,
oh, si escribo lo que callo
al presente,
cómo será lo que este siente.
El Inocente Miguel Esteban Martínez García
país: Castilla
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